Ver a un chihuahua ladrando o a un maltés gruñendo puede llevarnos a pensar que los perros pequeños son “muy nerviosos”. Pero la ciencia muestra que genética, biología y trato humano se combinan favoreciendo estos comportamientos.
A las razas pequeñas se les llama razas “toy” (del inglés, juguete) debido a su tamaño diminuto. Se hicieron populares como perros de compañía y símbolos de estatus entre la aristocracia europea desde el siglo XVIII. Para conseguir estos rasgos diminutos, se realizaron cruces selectivos centrados en reducir su tamaño.
Esta selección extrema tuvo consecuencias graves. Los genes responsables del tamaño pequeño también influyen en el comportamiento, creando una predisposición genética a la ansiedad, sensibilidad al tacto y reactividad.
No es que “elijan” ser nerviosos, sino que las variantes genéticas asociadas al tamaño influyen en estos rasgos.
Los perros pequeños no son versiones reducidas de perros más grandes, presentan un metabolismo más acelerado, diferencias en aminoácidos, antioxidantes, lípidos y microbiota, y particularidades celulares que los distinguen claramente. Estas diferencias deben considerarse en su trato y nutrición. Aunque suelen ser longevos, tienen mayor riesgo de disfunción cognitiva.
Además, los tutores de perros mini tienden a ser menos consistentes educando, no suelen considerar el lenguaje canino, juegan menos, y recurren más el castigo, lo que se asocia con mayor ansiedad, miedo y menor cooperación en estos perros.
Otra situación común es llevarlos en bolsos, impidiendo así que puedan explorar de manera natural. Es como si obligásemos a un niño de 9 años a pasear en un carrito para bebés.
Sesgos que perpetúan problemas: comportamientos vistos como “graves” en perros grandes son “adorables” en pequeños. Por ejemplo, gruñir.
Un chihuahua es un perro de dos kilos, no un juguete de dos kilos.
Cuidado con el perro mini: tiene sentimientos.
La primera vez que pisé una perrera (con 14 años), quien me formó me dijo «un perro es un perro, sin importar su tamaño, y todos necesitan empatía y respeto».
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