¿Te has fijado alguna vez en ese perro que, con ojos vidriosos, mira fijamente una pelota?
Ese perro tiene una obsesión por la pelota, que nace de un mito que dice que perseguir la pelota emula los comportamientos naturales de caza de los perros.
Perseguir la pelota de forma repetitiva, o como forma de paseo, puede causar problemas psicológicos y físicos en el perro, como dolores músculo-esqueléticos, lesiones o desgaste acelerado de articulaciones por el movimiento brusco y repetitivo que implica esta actividad.
El perro de ojos vidriosos ya no interactúa con su entorno porque persigue la pelota en bucle. Cada vez que la atrapa, recibe un ‘subidón’ de dopamina (neurotransmisor asociado al placer), lo que refuerza su deseo de repetir esa sensación adictiva y placentera.
Los hábitos que adquiere el perro dependen casi completamente del estilo de vida que lleve su familia humana.
Es mejor crear rutinas saludables a priorizar que el paseo pueda «cansar» al perro.
Un perro cansado no es necesariamente un perro equilibrado ni calmo, simplemente se ha quedado sin energía.
El paseo debe centrarse en disfrutar, explorar, conectar y estimular los sentidos. Si solo busca agotarnos, no resultará relajante ni fomentará la calma.
Desconfía de las propuestas que buscan agotar el cuerpo para «calmar la mente».
👉🏻 Como sociedad, debemos colaborar. Puede parecer gracioso que un perro nos traiga piedras, palos o lo que encuentre para que se lo lancemos. Pregunta siempre a su familia antes de aceptar la oferta del perro.
Cuando la obsesión ya se ha presentado, lo mejor es buscar asesoría profesional (actualizada y que trabaje con respeto) para que nos guíe en el proceso de diagnosticar y superar el desafío.
Perseguir objetos puede formar parte del juego natural de un perro sin causar problema alguno, siempre que se combine con otras actividades. Si fomentamos sobre todo la persecución, corremos el riesgo de generar conductas compulsivas.
🤚🏻 Este contenido es de carácter informativo, no sirve para emitir diagnósticos y no reemplaza una evaluación profesional.
@ Universican
🌐 www.universican.com
Academia – Asesorías – Academia
📖 Patterson-Kane, E., & Bradshaw, J. W. S. (2011). A vicious cycle: a cross-sectional study of canine tail-chasing and human responses to it, using a free video-sharing website. PLoS ONE, 6(11), e26553.
📖 McBride, E. A., & Mills, D. S. (2012). Environmental effects on compulsive tail chasing in dogs. PLoS ONE, 7(7), e41684.
📖 McPeake, K. J., Toebe, M., Holden, E., & Rooney, N. J. (2019). The Canine Frustration Questionnaire—Development of a new psychometric tool for measuring frustration in domestic dogs (Canis familiaris). Frontiers in Veterinary Science, 6, 152.
📖 Mazzini, A., Senn, K., Monteleone, F. et al. Addictive-like behavioural traits in pet dogs with extreme motivation for toy play. Sci Rep 15, 32613 (2025).