En un dilema moral extremo, 573 personas tuvieron que elegir: ¿salvar a un humano desconocido o a su compañero perro de ser atropellado por un autobús?
👉 El 40,2% eligió salvar a su perro.
La mayoría justificó su decisión por el vínculo afectivo: “Es parte de mi familia”, “Lo amo”, “No lo dejaría morir”. Otros actuaron por puro instinto o admitieron no poder explicarlo racionalmente: “No sé por qué, pero no podría dejarlo morir”. Algunas personas argumentaron: “Estaría tan en shock por mi perro que no vería al turista” o “El turista debería mirar por dónde va”.
Por otro lado, entre quienes salvaron al humano, el 91,9% apeló a la creencia de que la vida humana tiene más valor que la de otras especies animales, aunque no existiera vínculo afectivo. Un 5,9% se basó en motivos religiosos (“Los humanos tienen alma” o “Dios nos dio dominio sobre los animales”), y un 1,8% admitió que actuó por temor al juicio social: “No soportaría lo que pensarían de mí si dejo morir a un humano por un perro”.
El estudio explica que las personas que salvaron al humano no lo hicieron por un impulso emocional, sino porque pensaron que era lo correcto según las normas sociales y racionales.
La evolución es eficiente: a veces reutiliza mecanismos antiguos para nuevos fines. Los perros activan en el cerebro humano respuestas similares al amor parental, utilizando el mismo circuito biológico que sostiene el vínculo madre-hijo. De hecho, el cerebro de una madre responde de forma similar al ver a su hijo o a su perro, activando áreas ligadas a la emoción, la recompensa y la afiliación. Este proceso es bidireccional: tanto perros como niños muestran respuestas emocionales comparables.
Por eso, minimizar el amor de las familias interespecie con frases como “es solo un animal” es no entender la profundidad de estos vínculos.
¿Y tú, qué harías?
En nuestro caso, creemos que el sistema límbico, responsable del apego, los impulsos y las emociones intensas, tomaría el control porque no habría tiempo para pensar, salvando así a nuestra familia cercana: el perro.
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📖 (2013). Choosing Between the Emotional Dog and the Rational Pal: A Moral Dilemma with a Tail. Anthrozoös
📖 (2014). Patterns of brain activation when mothers view their own child and dog: an fMRI study. PLoS One
📖 (2015). Dogs hijack the human bonding pathway. Science